De la mina Nieves, en Viérnoles (Cantabria) procede el cuarzo que os enseñamos hoy y que fue recogido por nuestro amigo Jose Luis hace años. Evidentemente antes de que fuera restaurada o de que los frentes con barita fueran cubiertos por las arcillas de la parte superior.
Cuarzo, Mina Nieves, Cantabria, 7 cm
La particularidad de esta pieza es que es hueca en su parte posterior, formando una semiesfera, y la zona trasera está cubierta por otro tipo de cristales de cuarzo que se asemeja un poco al interior de las geodas de Tubilla del Agua o similares.
Cuarzo, Mina Nieves, Cantabria, 7 cm, parte posterior
Hoy toca una estupenda calcita de la cantera de Montehano (Santoña, Cantabria). En una geoda de gran tamaño aparecieron multitud de cristales de calcita como el de la imagen, envueltos en arena y con ese color y aspecto tan característicos.
Calcita, Montehano, Santoña, 9 cm
Esta pieza fue encontrada por Jose Luis Forcada y está en su colección
La mina de cobre Serrana Segunda se encuentra en el municipio de Gallinero de Cameros ( La Rioja, España). En el enlace anterior, gracias al trabajo de Alvaro Aznar Gracia, podéis conocer las características geológicas de esta mina y su entorno. Es una pequeña explotación donde se puede apreciar muy bien la azurita y malaquita, minerales de cobre procedentes de la alteración de la mineralización primaria de la mina.
Filón de azurita, Mina Serrana Segunda, La Rioja
Los azules y verdes tan característicos de estas dos especies minerales, son muy vistosos y se ven con claridad en los filones mineralizados. La azurita se presenta como pátinas azules, aunque en las fracturas también se aprecian con la lupa cristales milimétricos bien formados.
Azurita in situ, Mina Serrana Segunda, La Rioja
Azurita y malaquita in situ, Mina Serrana Segunda, La Rioja
Azurita, Mina Serrana Segunda, La Rioja
Filón mineralizado de minerales de cobre, Mina Serrana Segunda , Gallinero de Cameros, La Rioja
Como nota curiosa, aunque bastante desagradable, hay que mencionar que en la reciente visita que hicimos a la mina, no solo vimos malaquita y azurita sino que a la fresca de su interior, se habían refugiado miles de mosquitos, que si bien la verdad es que no picaban, convertían la exploración del lugar en algo no apto para aprensivos.
Cristales de azurita, Mina Serrana Segunda, La Rioja, España
Cristales de Azurita, Mina Serrana Segunda, La Rioja
La cantera Las Suertes (Vegas de Matute, Segovia) ya ha aparecido en este blog gracias a un ejemplar de palygorskita de este mismo yacimiento. En esta ocasión la pieza que os enseño es otra muestra típica de la zona, cristales de pirita sobre matriz de dolomita.
Pirita sobre dolomita, Vegas de Matute, Segovia, detalle cristales
Pirita sobre dolomita, Vegas de Matute, Segovia, 10 cm
Esta calcopirita de las minas de San Antón, en Barambio demuestra bien claro por qué la llaman el "oro de los tontos". La encontró hace años nuestro colega Joseba y hoy en día es complicado encontrar muestras tan grandes en las escombreras.
Calcopirita, Minas de San Antón, Barambio, Euskadi, 11 cm
Recientemente visitamos el Alcázar de Córdoba y su emblemática torre. Cuando subí a la torre del homenaje me fijé en que los sillares de piedra que la forman estában llenos de restos fósiles. Se trata principalmente de conchas de bivalvos marinos, por lo que supongo que el material de construcción sería algún tipo de caliza arrecifal procedente de alguna cantera cercana. Este tipo de materiales básicos, por razones obvias, no se traían de lejos, sino que se aprovechaban los recursos más cercanos al emplazamiento. Otra cosa son los elementos decorativos, que podían tener orígenes mucho más lejanos.
Torre del Alcázar de Córdoba
Fósiles en la torre del Alcázar de Córdoba
Al principio me recordaba la piedra ostionera, que ya apareció en este blog, pero aquella es arenisca más porosa, y la roca del alcázar es compacta y más dura.
Fósiles de gasterópodos en el Alcázar de Córdoba
Panorámica desde el Alcázar de Córdoba
Así que si visitáis Córdoba y su famoso Alcázar, no dejéis de fijaros en estos curiosos fósiles que aparecen en lo alto de la torre del homenaje.
Jardines del Alcázar de Córdoba
Piedra caliza con fósiles usada en la construcción del Alcázar de Córdoba
Las piñas de jacintos de Compostela (cuarzo rojo) de Chella son piezas características de la mineralogía española. Aparecen en los terrenos del Keuper, en las arcillas rojas tan comunes en Valencia y todo el sureste de España. En ocasiones como ésta el cuarzo aparece asociado a cristales de yeso, también rojizo por las inclusiones de arcilla.
Yesos del Keuper, Valencia, España, trasera pieza anterior
La pieza que os enseñamos en un claro ejemplo de ello. En esta ocasión he de reconocer que la compré hace años. Tengo pendiente una visita a Chella o alrededores para intentar encontrar estos minerales tan representativos.
Las piromorfitas de Francia ( Les Farges, Sant Salvy...) son muy conocidas por todos los coleccionistas. No tan espectaculares como las míticas piezas de El Horcajo (Ciudad Real, España), pero sin duda de lo mejor en Europa. Por una casualidad tuve la posibilidad de conseguir la pieza que hoy os presento. No tenía ninguna piromorfita en la colección y la verdad es que este mineral tiene un veneno verde difícil de soportar. Bueno, a decir verdad el precio que suele alcanzar es el mejor antídoto contra la tentación, pero es lo que hay.
Piromorfita, Francia, 16 cm
Lo malo de la pieza es que solo sabía que era de Francia, y como los minerales europeos tampoco son mi fuerte, me puse a investigar a ver si encontraba algo parecido. Al final los dos candidatos que mencionaba antes, Les Farges y Sant Salvy. Ahí me he quedado. Por el tipo de pieza parece de Sant Salvy pero los cristales no son tan aciculares y el verde no es tan claro. Por ahora se queda como "Piromorfita de Francia", pero si alguien lo tiene claro, le agradecería que me lo aclarara.
Los fósiles de plantas del Carbonífero de la provincia de León ( España) conforman un patrimonio paleontológico único amenazado hoy en día por labores de restauración de las antiguas escombreras mineras. La encomiable labor de muchas asociaciones y aficionados ha permitido recuperar y catalogar multitud de restos fósiles, llegando incluso a descubrirse nuevas especies.
Fósil de Alethopteris bohemica, Carbonífero, Corta de Fabero, León
Escombreras restauradas, León
Fósiles in situ, Corta de Fabero, León
Aunque mi pasión son los minerales, he creído importante realizar en este blog una serie de entradas sobre diferentes fósiles recuperados en la zona, para dejar constancia de la singularidad y belleza de este tipo de restos fósiles. He de reconocer que cuando visité la comarca de Ponferrada y me acerqué a ver in situ este tipo de ejemplares, me quedé alucinado. Antes que nada, agradecer a mi compañero de Harridunak , Antonio Hernández-Orue, autor de una brillante tesis doctoral sobre este tema, la inestimable ayuda que me prestó para clasificar adecuadamente los ejemplares que os iré mostrando.
Minas de carbón de Tremor, León
Estos fósiles se originaron a finales del periodo Carbonífero, en el Estefaniense, hace unos 300 millones de años. Así que produce una extraña sensación tener en la mano los restos perfectamente conservados de una planta que habitaba la Tierra muchísimo antes que el ser humano. En aquel periodo el mar bajó bruscamente de nivel u las antiguas zonas de costa se cubrieron de grandes bosques de plantas de hasta 30 metros de altura y gruesos aunque frágiles troncos. Esta fragilidad hacía que fueran muy vulnerabes a tormentas, avenidas de ríos...quedando muchas veces sepultadas bajo toneladas de fangos y limos. Es el origen del carbón. En ausencia de oxígeno las condiciones de fosilización eran idóneas y gracias a ello se conservan tal y como hay las vemos. Es increíble como se distinguen todas las partes de las hojas.
Fósil de annularia spinulosa, Carbonífero, Corta de Fabero, León
Posteriores movimientos tectónicos hundieron primero los sedimentos y posteriormente los volvieron a elevar aflorando en forma de capas de carbón. En el contacto entre el carbón y otras rocas como las pizarras es donde mejor se conservan estos fósiles. Precisamente la exfoliación tan sencilla de las rozas pizarrosas permite sacar "lonchas" o lajas de roca con mucha facilidad, y en las caras de las mismas es donde aparecen las plantas fosilizadas.
Fósiles del, Carbonífero, León
Fósiles del, Carbonífero, Pozo Casares, Tremor de Arriba, León
Entradas posteriores las dedicaré de forma individualizada a algunos de los fósiles del carbonífero leonés. Pero antes una importante aclaración, en los animales el nombre del animal es único y los restos son de difernetes partes del cuerpo. Por ejemplo, tenemos un "bitxo" al que llamamos Tiranosaurus Rex (está claro que he viso Jurasic Park)) y encontramos dientes, vértebras, el fémur...pero todo de Tiranosaurus Rex. Lógico y sencillo. Pero los paleobotánicos lo tenían más complicado, porque encontraban partes de la planta y no sabían si eran de la misma planta así que los ponían nombres diferentes. Conclusión, las distintas partes de una misma planta tienen nombres diferentes, un lío de cuidado.
Una chirta es un nódulo de mineral de hierro de formas pulidas y que arrastrado por el agua rellenaba junto con arcilla cavidades en las calizas de las cuencas mineras de La Arboleda y otros yacimientos similares. El lugar donde aparecían se denominaba chirtera, lo mismo que a las mujeres que lavaban las arcillas en los lavaderos de las minas para separar el mineral de la arcilla. Un durísimo trabajo muchas veces olvidado.
Chirta de goethita, Arnabal, El Regato, Bizkaia
La chirta tuvo importancia industrial ya que era un mineral mucho más fácil de extraer, por lo que se explotaron chirteras por toda la zona minera de Bizkaia. Hoy en día todavía es posible encontrar chirtas sueltas en los taludes de las pistas forestales o en antiguas zonas de explotación minera. También aparecen de forma abundante en algunas canteras como la de Arrigorriaga, donde las acumulaciones de arcillas y óxidos de hierro son muy frecuentes.
En las minas de hierro de los montes de Triano se explotaban filos de óxidos de hierro y posteriormente con los avances en la industria siderúrgica se pasó a utilizar siderita, un carbonato de hierro, algunas de las cuales estuvieron en activo hasta la década de los 70 del siglo XX. Hoy en día, abandonada la actividad industrial, las antiguas minas siguen aportando ejemplares a los aficionados a los minerales. En esta entrada os enseñamos algunas grandes placas de cristales de siderita de color marrón claro que hemos recogido.
Siderita, Minas de Triano, Bizkaia, Euskadi, 15 cm
Siderita, Minas de Triano, Bizkaia, Euskadi, 15 cms
A pesar de su apariencia, la siderita es un mineral bastante delicado y hay que tener mucho cuidado para no estropear los cristales, sobre todo a la hora de meterlos en la mochila y llevarlos a casa.
Siderita, Minas de Triano, Bizkaia, Euskadi, 17 cm
Siderita, Minas de Triano, Bizkaia, Euskadi, 10 cm
Lo primero que vio mi amigo Joseba en la zona de Arraiz fue una geoda de siderita, fea como un demonio pero geoda a fin de cuentas. Y esa geoda llevo a las rancieitas...pero no a más sideritas, de hecho apenas hemos visto alguna muestra y siempre sin brillo y poco vistosas.
Cuarzo y siderita, Minas de Arraiz, Bilbao, Bizkaia, cuarzo 1 cm
Quizá lo más llamativo fue ese cuarzo hialino sobre siderita de la foto que encabeza este reportaje.
El yacimiento de Lukiano (Álava, Euskadi, España) presenta también la asociación de cuarzo prasio y hematites, dos minerales que por separado ya os hemos enseñado en este blog. Como os podéis imaginar en ocasiones parecen juntos, tal y como sucede en las piezas que acompañan este reportaje.
Cuarzo prasio y hematites, Lukiano, Alava, España, 7 cm
Cuarzo prasio y hematites, Lukiano, Alava, Euskadi, 7 cm
Junto con cristales de cuarzo prasio, aparecen algunos cristales aplanados de hematites, en forma de pequeñas rosetas. Lo blanco que se aprecia en alguna foto es bisolita u otro tipo de asbesto, casi imposible de eliminar de forma completa ya que normalmente recubría todas las piezas.
Cuarzo prasio y hematites, Lukiano, Alava, Euskadi, España,3 cm
Cuarzo prasio y hematites, Lukiano, Alava, Euskadi, España, 8 cm
La gran geoda de goethita que podéis ver en esta entrada la encontramos Jose Luis y yo hace algún tiempo en una antigua zona minera de los montes de Hierro (Bizkaia, Euskadi, España). Toda una aventura, no solo sacarla, sino sobre todo, llevarla hasta el coche y luego limpiarla.
Geoda de Goethita estalactítica, Bizkaia
En uno de esos días que yo llamo de exploración, localicé un acopio de mineral procedente de las antiguas minas de hierro, apenas unas cuantas piedras en el suelo pero con restos de goethita asomando entre las hierbas. Decidí escarbar un poco y al poco rato me topé con una zona de roca que me impedía continuar. Sin mucho miramiento le sacudí un mazazo y ni se inmutó, pero sonó a hueco y eso significa que hay probabilidad de que sea una geoda.
Vídeo de la extracción de la geoda
El tiempo de volver a casa llegaba así que puse unas cuantas ramas encima para esconder el lugar y me largué pensando en volver al día siguiente. Era obvio que necesitaba ayuda así que llamé a mi amigo Jose Luis y le conté lo que hasta ese momento había visto. Al día siguiente estábamos allí con todo el material necesario.
Indicios de geoda de goethita, Bizkaia
No contábamos con el tamaño de la geoda, el agujero inicial era solo la punta del iceberg y nos costó un par de horas poder sacar el enorme bolo de la tierra ( medía más de medio metro de diámetro). Las geodas siempre pesan, pero las de goethita se llevan la palma, aquello no había quién lo moviera. Una vez fuera la abrimos, partiendo una parte de uno de los lados.
Geoda in situ
Estaba bastante manchada de barro, no compacto pero sí cubriendo buena parte del interior de la geoda. Aún así se podían ver numerosas estalactitas de goethita tapizando el interior. Tengo que reconocer que en ese momento nos decepcionamos un poco, nos habíamos imaginado una geoda de goethita negra y brillante y claro...
Geoda de goethita recién extraída
Tanto es así, que estuvimos a punto de dejarla allí escondida o partirla en trozos por si alguno era mejor. Afortunadamente la sacamos al sol y con luz la cosa mejoró mucho, el barro era muy superficial, no tenía calón en ningún punto y una zona limpia mostraba goethita estalactítica y aterciopelada realmente bonita.
Goethita estalactítica, parte de la geoda, 25 cm
Descartado el abandono de la pieza tocaba pensar el llevarla hasta el coche, que por cierto estaba bien lejos a través de sendas y pistas. Descartado ese día, ya que a mano el transporte era absolutamente imposible, tocaba esconder la geoda, llevarnos algún trozo pequeño de la parte rota al abrirla y pensar en qué hacer. No era la primera vez que Jose Luis se enfrentaba a una situación similar, así que tiró de experiencia, y al día siguiente nos plantamos de nuevo en el lugar con sacos, bolsas resistentes y un antiguo carro de la compra al que habíamos quitado la zona de carga y puesto una plataforma de apoyo. A duras penas envolvimos la geoda en los sacos y la pusimos en el carro de compra. Aguantaba a duras penas y en muchos tramos la senda no permitía el paso por lo que tuvimos que arrastrar por la hierba la geoda sobre los sacos. Una paliza brutal. Antes habíamos cubierto de tierra y piedras el agujero que había dejado al sacarla para que la zona quedara casi como estaba.
Goethita estalactítica
Llegamos al coche un buen rato después, tras múltiples paradas, y rezando para no encontrarnos con algún paseante que llamara a la policía al ver a dos colgados arrastrando unos sacos pesados por el monte y con pinta de ir a excavar un hoyo. En cualquier serie policíaca la situación acaba con los protagonistas detenidos y en el saco no suele haber ninguna geoda...No vimos a nadie así que el único problema fue subir el bolo al maletero. Recurrimos al estilo Perurena, que para esos somos de Bilbao, y rumbo a casa. Pero la fiesta no había acabado, había que pensar en cómo limpiar la geoda, porque en el balcón de casa como que no. De nuevo Jose Luis tenía la solución, ya se sabe que más sabe el diablo por viejo que por diablo, y un día más tarde teníamos la geoda bajo el chorro de una manguera de limpieza de coches. Nos puso de barro hasta las orejas pero fue muy efectivo. Repetimos la jugada varias veces y para casa.
Geoda de goethita,50x60 cm
Una vez seca volví a limpiar con cuidado algunas partes más enrevesadas y el resultado final descansa desde entonces en el camarote, una estupenda geoda de goethita estalactítica y aterciopelada de más de 25 kilos de peso. Toda una aventura que recordamos con orgullo cada vez que rememoramos aquellos días.