viernes, 9 de mayo de 2025

Cuarzo prasio y hematites de Álava

 El yacimiento de Lukiano (Álava, Euskadi, España) presenta también la asociación de cuarzo prasio y hematites, dos minerales que por separado ya os hemos enseñado en este blog. Como os podéis imaginar en ocasiones parecen juntos, tal y como sucede en las piezas que acompañan este reportaje.


Cuarzo prasio y hematites, Lukiano, Alava, España, 7 cm
Cuarzo prasio y hematites, Lukiano, Alava, España, 7 cm


Cuarzo prasio y hematites, Lukiano, Alava, Euskadi, 7 cm
Cuarzo prasio y hematites, Lukiano, Alava, Euskadi, 7 cm 

Junto con cristales de cuarzo prasio, aparecen algunos cristales aplanados de hematites, en forma de pequeñas rosetas. Lo blanco que se aprecia en alguna foto es bisolita u otro tipo de asbesto, casi imposible de eliminar de forma completa ya que normalmente recubría todas las piezas.


Cuarzo prasio y hematites, Lukiano, Alava, Euskadi, España,3 cm
Cuarzo prasio y hematites, Lukiano, Alava,
Euskadi, España,3 cm


Cuarzo prasio y hematites, Lukiano, Alava, Euskadi, España, 8 cm
Cuarzo prasio y hematites, Lukiano, Alava, Euskadi,
 España, 8 cm



 

viernes, 2 de mayo de 2025

Gran geoda de goethita

 La gran geoda de goethita que podéis ver en esta entrada la encontramos Jose Luis y yo hace algún tiempo en una antigua zona minera de los montes de Hierro (Bizkaia, Euskadi, España). Toda una aventura, no solo sacarla, sino sobre todo, llevarla hasta el coche y luego limpiarla.


Geoda de Goethita estalactítica, Bizkaia
Geoda de Goethita estalactítica, Bizkaia


En uno de esos días que yo llamo de exploración, localicé un acopio de mineral procedente de las antiguas minas de hierro, apenas unas cuantas piedras en el suelo pero con restos de goethita asomando entre las hierbas. Decidí escarbar un poco y al poco rato me topé con una zona de roca que me impedía continuar. Sin mucho miramiento le sacudí un mazazo y ni se inmutó, pero sonó a hueco y eso significa que hay probabilidad de que sea una geoda.


                                                    Vídeo de la extracción de la geoda


El tiempo de volver a casa llegaba así que puse unas cuantas ramas encima para esconder el lugar y me largué pensando en volver al día siguiente. Era obvio que necesitaba ayuda así que llamé a mi amigo Jose Luis y le conté lo que hasta ese momento había visto. Al día siguiente estábamos allí con todo el material necesario.


Indicios de geoda de goethita, Bizkaia
Indicios de geoda de goethita, Bizkaia


No contábamos con el tamaño de la geoda, el agujero inicial era solo la punta del iceberg y nos costó un par de horas poder sacar el enorme bolo de la tierra ( medía más de medio metro de diámetro). Las geodas siempre pesan, pero las de goethita se llevan la palma, aquello no había quién lo moviera. Una vez fuera la abrimos, partiendo una parte de uno de los lados. 


Geoda in situ


Estaba bastante manchada de barro, no compacto pero sí cubriendo buena parte del interior de la geoda. Aún así se podían ver numerosas estalactitas de goethita tapizando el interior. Tengo que reconocer que en ese momento nos decepcionamos un poco, nos habíamos imaginado una geoda de goethita negra y brillante y claro...


Geoda de goethita recién extraída
Geoda de goethita recién extraída


Tanto es así, que estuvimos a punto de dejarla allí escondida o partirla en trozos por si alguno era mejor. Afortunadamente la sacamos al sol y con luz la cosa mejoró mucho, el barro era muy superficial, no tenía calón en ningún punto y una zona limpia mostraba goethita estalactítica y aterciopelada realmente bonita.


Goethita estalactítica, parte de la geoda, 25 cm
Goethita estalactítica, parte de la geoda, 25 cm


Descartado el abandono de la pieza tocaba pensar el llevarla hasta el coche, que por cierto estaba bien lejos a través de sendas y pistas. Descartado ese día, ya que a mano el transporte era absolutamente imposible, tocaba esconder la geoda, llevarnos algún trozo pequeño de la parte rota al abrirla y pensar en qué hacer. No era la primera vez que Jose Luis se enfrentaba a una situación similar, así que tiró de experiencia, y al día siguiente nos plantamos de nuevo en el lugar con sacos, bolsas resistentes y un antiguo carro de la compra al que habíamos quitado la zona de carga y puesto una plataforma de apoyo. A duras penas envolvimos la geoda en los sacos y la pusimos en el carro de compra. Aguantaba a duras penas y en muchos tramos la senda no permitía el paso por lo que tuvimos que arrastrar por la hierba la geoda sobre los sacos. Una paliza brutal. Antes habíamos cubierto de tierra y piedras el agujero que había dejado al sacarla para que la zona quedara casi como estaba.


Goethita estalactítica
Goethita estalactítica


Llegamos al coche un buen rato después, tras múltiples paradas, y rezando para no encontrarnos con algún paseante que llamara a la policía al ver a dos colgados arrastrando unos sacos pesados por el monte y con pinta de ir a excavar un hoyo. En cualquier serie policíaca la situación acaba con los protagonistas detenidos y en el saco no suele haber ninguna geoda...No vimos a nadie así que el único problema fue subir el bolo al maletero. Recurrimos al estilo Perurena, que para esos somos de Bilbao, y rumbo a casa. Pero la fiesta no había acabado, había que pensar en cómo limpiar la geoda, porque en el balcón de casa como que no. De nuevo Jose Luis tenía la solución, ya se sabe que más sabe el diablo por viejo que por diablo, y un día más tarde teníamos la geoda bajo el chorro de una manguera de limpieza de coches. Nos puso de barro hasta las orejas pero fue muy efectivo. Repetimos la jugada varias veces y para casa.


Geoda de goethita,50x60 cm
Geoda de goethita,50x60 cm

Una vez seca volví a limpiar con cuidado algunas partes más enrevesadas y el resultado final descansa desde entonces en el camarote, una estupenda geoda de goethita estalactítica y aterciopelada de más de 25 kilos de peso. Toda una aventura que recordamos con orgullo cada vez que rememoramos aquellos días.