Piezas con alma: Olivino de Lanzarote
Forma parte de esas piezas especiales porque está en casa desde que mi mujer y yo fuimos de luna de miel a Canarias hace ya más de veinte años. Ahora está más de moda ir a Maldivas o destinos más exóticos, pero en aquel entonces era casi una tradición y se ajustaba al presupuesto.
Olivino, Los Hervideros, Lanzarote, España, 12 cm |
En una de las excursiones que hicimos por la isla de Lanzarote nos llevaron a la zona de los Hervideros, sifones naturales en las rocas de la costa que al entrar con fuerza las olas en la parte baja del acantilado proyecta agua por aberturas en la roca.
Recuerdo que en la zona donde paraba el autobús una anciana vendía trozos de olivino sobre una manta. Aprovechando un descuido del guía no pude resistirme a comprar un trozo de olivino, creo que por unas 30 pesetas. Nadie se enteró, ni mi mujer, o al menos en ese momento, porque al preparar la maleta de vuelta y ver el pedrusco seguro que le entraron dudas sobre si había tomado una decisión correcta aceptando como marido a un individuo que se llevaba casa semejante "recuerdo".
Con la amenaza de que no pasaría el control del aeropuerto la pusimos en la maleta y rumbo a Bilbao. No hubo ningún problema y aunque por aquel entonces la afición a los minerales estaba adormecida durante años ha estado adornando nuestro salón. Ahora comparte vitrina con otras muchas compañeras. Una verdadera pieza con alma.
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