viernes, 9 de julio de 2021

Diapiro de Poza de la Sal, origen y formación

El origen y formación de los diapiros salinos como el de Poza de la Sal es un fenómeno geológico que para los profanos como nosotros siempre nos ha parecido muy interesante. Asociados a minerales como yeso, jacintos de Compostela, hematites,... y rocas tipo ofitas o arcillas rojas, son frecuentes en Euskadi (Murguía, Orduña, Peñacerrada, Añana).


Diapiro de Poza de la Sal, Burgos, España
Diapiro de Poza de la Sal, Burgos, España

La presencia de manantiales salinos asociados a los diapiros también les ha otorgado una enorme importancia económica en la antigüedad, al ser importantes yacimientos de sal, tan apreciada como conservante de alimentos durante siglos (Salinas de Añana, Poza de la Sal, Salinas de Léniz).


Salinas, Poza de la Sal, Burgos
Salinas, Poza de la Sal, Burgos

Por eso hemos querido aprovechar una reciente excursión a Poza de la Sal (Burgos), para realizar un reportaje sobre este diapiro y dar algunas explicaciones sencillas sobre el origen y formación de los diapiros. Que nos perdonen los expertos por las meteduras de pata, esperemos que no sean muy gordas.


Origen del diapiro salino 

Todo comenzó hace unos 200 millones de años, millón arriba o abajo, en el Triásico, sí, el de los aragonitos. Imaginemos un mar de aguas muy saladas, o mejor dicho, una especie de enorme salina natural, que se llena de agua, se seca por el clima desértico, se vuelve a inundar, a secar,... y así durante una eternidad acumulando capas y capas de sal en el fondo.

Coincidiendo con esto, una intensa actividad volcánica se sumó a la fiesta, aportando materiales tipo ofitas que se intercalaron entre la sal y los materiales depositados en el fondo (arcillas, yesos,...). Ya tenemos los ingredientes que vemos aflorar en casi todos los diapiros.


Arcillas rojas del Keuper, Diapiro de Poza de la Sal
Arcillas rojas del Keuper,
Diapiro de Poza de la Sal

Pero no podía ser tan fácil, así que nuestra masa triásica comienza a cubrirse por otros materiales durante el cretácico y el jurásico (calizas,...) para quedar bien enterrada bajo ellos. Y así se queda una buena temporada geológica, o sea, otro montón de millones de años. 


Rocas triásicas en la muralla de Poza de la Sal
Rocas triásicas en la muralla de Poza de la Sal


Formación del diapiro salino

La tapa de materiales que se han colocado encima ha formado rocas sedimentarias con una densidad mayor que la capa salina así que Houston, tenemos un problema. Si lo que está más abajo es menos denso que lo que lo cubre, tiende a subir y colocarse por encima, un fenómeno físico irrefutable. Algo similar a lo que pasa en el lecho fangoso de un río o embalse. Las burbujas de gas contenidas en el limo se escapan por los resquicios de éste en cuanto la presión del agua disminuye y forman las burbujas que vemos en la superficie del agua. Aunque no lo vemos, también habrán dejado un pequeño cráter de salida en el fango.


Diapiro de Poza de la Sal, panorámica.
Diapiro de Poza de la Sal, panorámica.


Pues bien, algo así va a pasar en nuestro diapiro. La sal no es tan maleable como un gas pero parece que es lo suficientemente plástica como para adaptarse y buscar una salida hacia arriba. Así que ayudada por otros fenómenos geológicos o fallas, el domo salino (así se llama) comienza a empujar la capa que lo cubre hasta conseguir romperla y aparecer como un souflé geológico. No será tan sencillo pero nos vale. De aquí le viene el nombre de diapiro, que en griego debe significar algo así como "atravesar".

Las calizas han reventado por la irrupción de la masa triásica y ésta ya aflora a la superficie. Las calizas se han fracturado o levantado, dando lugar a los bordes del diapiro. Ya tenemos pues medio explicado un parte de lo que vemos hoy en día, los bordes del "cráter".

Pero no debería haber cráter sino un  champiñón de sal levantado incluso por encima de los bordes. Otro lío. ¿Qué ha pasado con él? esto nos costó un poco darnos cuenta pero el diapiro de Poza de la Sal nos echó una mano. O mejor dicho, un río, el Homino.


El diapiro en la actualidad

En muchos diapiros, lo que vemos hoy es una especie de gigantesco cráter como los de una enorme caldera volcánica o el que nos imaginamos tras un gran impacto, nada de una montaña de sal, arcillas y yesos.

La respuesta está en el cielo. La erosión del viento y el agua es muy intensa en materiales blandos como las arcillas, los yesos y la sal por lo que ha hecho desaparecer buena parte de los materiales aflorantes dejando vacío el centro del diapiro. Los bordes calizos mucho más resistentes han aguantado mejor. Lo mismo que los afloramientos de ofitas como en Poza de la Sal, donde el llamado Castellar no eso otra cosa que un enorme conjunto de ofitas intercaladas en el diapiro, que por su dureza  se han mantenido una vez desaparecidos los materiales que las rodeaban.


El Castellar, Ofitas en el centro del Diapiro de Poza de la Sal
El Castellar, Ofitas en el centro del Diapiro de Poza de la Sal

En Poza de la Sal, uno de los flancos del diapiro está bastante abierto formando una garganta por donde el río Homino se ha encargado de transportar hasta la llanura de La Bureba los materiales blandos del diapiro.


Flanco de evacuación del Diapiro de Poza de Sal
Flanco de evacuación del Diapiro de Poza de Sal

Uff, parece que ya tenemos todo bien encajado. Solo faltan las salinas, pero es más sencillo. Los manantiales subterráneos que atraviesan las capas salinas por debajo de la superficie, disuelven la sal y se cargan de ella, lo que hace que sean manantiales salados cuando  emergen como fuentes en la superficie. Si la concentración es muy alta se puede obtener sal por evaporación como en Poza de la Sal o  el valle salado en Salinas de Añana.


Salinas de Poza de la Sal
Salinas de Poza de la Sal


Los minerales del diapiro de Poza de la Sal

A diferencia de otros lugares que hemos visitado como Murguía o Salinas de Añana, en Poza de la Sal apenas hemos visto minerales. Solo ofitas, tanto en los caminos como en el Castellar o utilizadas para construcciones.


Ofita, Poza de la Sal, Burgos, España
Ofita, Poza de la Sal, Burgos, España

Ofitas en el muro de las salinas, Poza de la Sal, Burgos
Ofitas en el muro de las salinas,
Poza de la Sal, Burgos

Ofitas, Diapiro de Poza de la Sal, Burgos
Ofitas, Diapiro de Poza de la Sal, Burgos

Yeso nada de nada, solo en los muros de una puerta de la muralla y posiblemente aparezcan en una zona de cárcavas más adelante de las salinas pero no pudimos llegar. De epidotas o hematites ni rastro.


Arcillas y yesos, Cárcavas en el Diapiro de Poza de la Sal
Arcillas y yesos, Cárcavas en el Diapiro de Poza de la Sal

En la parte alta del borde del diapiro en la zona del Altotero y el Mirador de la Bureba hay algo de calcita cristalizada en las calizas, lo mismo que en la zona del Pico del Hundido, junto a los molinos del parque eólico.


Cima del Altotero, Poza de la Sal, Burgos
Cima del Altotero, Poza de la Sal, Burgos


Allí encontramos un curioso icnofósil que nos dijeron que era un rastro de reptación. El surco dejado por el paso de algún ser vivo sobre el barro y que luego se ha fosilizado. estaba muy bien conservado.


Cruzianas o rastros de reptación en las calizas, Poza de la Sal
Cruzianas o rastros de reptación en las calizas,
Poza de la Sal

Icnofósil tipo cruziana, Poza de la Sal, Burgos, España
Icnofósil tipo cruziana, Poza de la Sal,
Burgos, España


Excursión a Poza de la Sal y alrededores

Y para acabar, unas fotografías de Poza de la Sal para que os animéis a realizar esta excursión. 


Poza de la Sal, La Bureba, Burgos
Poza de la Sal, La Bureba, Burgos

Puerta del Conjuradero, Poza de la Sal
Puerta del Conjuradero, Poza de la Sal


Castillo de Poza de la Sal
Castillo de Poza de la Sal

                                       

No puede faltar el recuerdo al vecino más célebre, el gran Félix Rodríguez de la Fuente, que marcó nuestra infancia con la fantástica serie El Hombre y la Tierra. 


Monumento a Félix Rodríguez de la Fuente, Poza de la Sal
Monumento a Félix Rodríguez de la Fuente,
Poza de la Sal

Además una sorpresa para finalizar el día. Si la explicación de un diapiro es compleja, la de por qué hay un impresionante tanque M60 Patton de la II Guerra Mundial en un cerro del cercano pueblo de Quintanilla Cabe Rojas se nos antoja imposible, pero merece la pena acercarse.


Tanque M60 Patton, Quintanilla Cabe Rojas, La Bureba, Burgos
Tanque M60 Patton, Quintanilla Cabe Rojas,
La Bureba, Burgos


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